¿Pero qué asco de justicia y democracia tenemos en España?



Un Tribunal Constitucional que admite que echen de su casa a una familia a patadas cuando la propia Constitución Española (franquista, por cierto) ampara el derecho a una vivienda digna.
Y si también ampara el derecho a un trabajo digno (dicha Constitución) ¿por qué permite que los gobiernos del PP y PSOE modifiquen esa Constitución sin consultar al pueblo para priorizar el pago de una deuda ilegítima y crear con ello un desempleo infinito que favorece la precariedad laboral y la precariedad de los derechos del trabajador y del individuo a nivel social y laboral y el empobrecimiento de la población?
¿Por qué se permite que un partido político que nos llevó a la invasión de Iraq, sin ni siquiera consultarnos, como establece la propia Constitución Española, y nos hizo cómplices de la matanza de miles y miles de niños y ciudadanos inocentes pueda seguir activo y en el poder?



Habría muchísimos más argumentos, tales como que no se juzgue a los banqueros y a los ricos y multinacionales que defraudan a sus anchas a cambio de favores políticos para la mutua corrupción, y no se le exijan responsabilidades, sino que a cambio del dinero que ellos roban se les pague con dinero público, o sea con los recortes, las privatizaciones y la miseria y precariedad de la clase trabajadora.

¿Justicia, democracia, separación de poderes? ¿Pero qué Justicia si hasta les tildan ellos mismos de tantos x progresistas o tantos x reaccionarios? Claro, si los elijen los políticos de turno. 

Si hasta la propia Ley Electoral es injusta y a la medida del fascista bipartidismo PP-PSOE.

Aquí lo único que puede salvarnos de hundirnos cada vez más y más en la miseria y en el fascismo de la política bipartidista del PP y PSOE y de la Troika es un proceso constituyente que elabore una nueva Constitución del pueblo y para el pueblo y que se base en una justicia verdadera que le quite los privilegios a la clase política dominante anclada en las raíces fascistas del franquismo. Y que haga partícipe al pueblo en todo y cada momento de sus propias decisiones.